Rutilio
Grande, Manuel Solórzano
y Nelson Lemus
12
de marzo de 1977
Rutilio
Grande, sacerdote jesuita y párroco, y Manuel
Solórzano y Nelson Lemus, campesinos, mártires
en El Salvador.
Rutilio
nació en El Paisnal, era un hombre del pueblo,
preocupado siempre por los temas pastorales. Enseñó
Pastoral en el Seminario salvadoreño y la estudió
después de Medellín, con la ilusión
de trabajar en la pastoral con su gente: los hombres
del campo.
La excesiva dedicación de los jesuitas a la enseñanza
en la capital del país le preocupaba y le dolía.
Medellín le había "convertido"
y en 1973 comenzó la experiencia pastoral de
la Parroquia de Aguilares. Enclavada en una zona cañera,
está rodeada de cantones campesinos, en donde
el equipo de Aguilares (Rutilio y otros tres jesuitas)
realizaba misiones de quince días de duración.
En la parroquia se han formado ya más de 300
delegados de la Palabra, líderes campesinos con
gran influencia en las comunidades. El ejemplo de su
párroco, que entregó su vida por la defensa
de la justicia. Su martirio unió la sangre de
Rutilio con la de un niño y un anciano, hombres
del pueblo. Los campesinos pidieron que se enterraran
a los tres en las tierras de la parroquia, que ellos
han construido con su vida y su muerte.
La
muerte del padre Grande fue el principio de un período
de muchos mártires salvadoreños que concluyó
con la muerte de los jesuitas de la UCA. Tanto el primero
como el último venían motivados por los
mismos factores: las denuncias de los militares y la
derecha de marxismo a los jesuitas, que siempre estuvieron
del lado de los pobres y luchando por la paz.
Su
asesinato fue el acontecimiento que precipitó
la llamada "conversión" del arzobispo
Óscar Romero.