Martires de El Salvador

 



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Masacre de FENASTRAS

31 de Octubre de 1989

El local de la Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores Salvadoreños, FENASTRAS, en el centro de la capital, está atestado de público y sus dirigentes se hallan reunidos. Apenas pasado el medio día, estalla una bomba que destruye las dos plantas del edificio, mata a seis sindicalistas y causa heridas graves a treinta y seis, de los cuales mueren después cuatro.

Todo El Salvador puede ver por televisión la imagen descrita por la Comisión de Derechos Humanos No Gubernamental: "Los cuerpos presentan mutilaciones, desfiguración de los rostros, sin cabeza y laceraciones en todo el cuerpo...". La masacre se considera como una reacción al atentado contra el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, a cargo de un comando del FMLN, que hiere a varios civiles. La misma comisión deplora este hecho, pero considera injustificable la masacre, y concluye: "...representa la continuación de una serie de acciones que el alto mando militar impulsa contra el movimiento popular, lo que contradice el discurso humanitario y pacificador del presidente Cristiani".

En efecto, en la madrugada del mismo 31, efectivos de la Policía Nacional, según testigos, colocan una bomba en el Comité de Madres y Familiares de Presos, Desaparecidos y Asesinados Políticos de El Salvador, COMADRES, que estalla hiriendo a cinco personas, incluido un bebé de cuatro meses. La masacre de FENASTRAS provoca una reacción de repudio en todas las organizaciones, partidos y en el pueblo salvadoreño. Las Iglesias se manifiestan con declaraciones y actos religiosos. El obispo Rivera y Damas alude a ella en dos homilías "para consolar a los dolientes, orar por los difuntos, solidarizarse con los obreros, condenar el hecho salvaje y aconsejar madurez".
Silenciosamente, dolorido una vez más, el pueblo salvadoreño lleva sobre sus hombros, hasta el cementerio de La Bermeja, a sus nuevos mártires: Ricardo Cestino, de 35 años, Secretario de Actas del Sindicato de Empleados y Trabajadores de ANTA; Rosa de Elías, de 35, cocinera; Julia Aguirre, de 22, del Sindicato Gastronómico; Vicente Melgar, de 42, Secretario de Asistencia Social del SETA; José Daniel López, de 42, Secretario de Conflictos de la Federación; Luis Edgardo Vásquez, del Sindicato General de Empleados Bancarios; Febe Elizabeth Velásquez, del Comité Ejecutivo de la Unidad Nacional de Trabajadores y muy conocida por su trayectoria de lucha; María Magdalena Sánchez, de 17, Carmen Hernández y Juan Tejada, cuya filiación sindical no puede determinarse.

Obreros, sindicalistas, religiosas y políticos viajan desde Estados Unidos, Canadá, México, Panamá y se unen al cortejo, seguros del triunfo final de los compañeros salvadoreños.




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