Nuestra resistencia al capitalismo neoliberal,
prolongación de los 500 años de Resistencia
indigena, negra y popular
di
Giulio Girardi
Me
siento muy honrado de participar en esta mesa al lado de los
hermanos indígenas y negros. La presencia de un europeo
al lado de los indígenas y negros en la mesa quiere ser
la expresión y el símbolo di nuestra presencia
solidaria a su lado en la lucha.
Con esta presencia queremos significar que la lucha libertaria
de los pueblos indígenas y negros no es importante sólo
para ellos, sino para todos los pueblos del mundo. Con esta
presencia queremos significar que la defensa de las culturas
indígenas no es vital sólo para los indígenas
y negros, sino para todos los pueblos del mundo; que estas culturas
son patrimonio de la humanidad ; que ellas representan un aporte
imprescindible para enfrentar la crisis de civilización
que atravesamos. Con esta presencia queremos significar, en
una palabra, que todos somos indios, todos somos negros, todos
somos zapatistas.
El tema de mi intervención será: Nuestra resistencia
al capitalismo neoliberal, prolongación de los 500 años
de resistencia indígena , negra y popular. Recordamos
los 500 años de resistencia indígena, negra y
popular, no para celebrarlos, sino para descubrir en ellos una
fuente muy rica de energías y de indicaciones estratégicas.
Concluiré mi intervención con una propuesta: que
en su declaración final nuestro encuentro
afirme explícitamente su continuidad con el movimiento
continental indígena, negro y popular surgido en el '92
; que , por tanto, asuma la responsabilidad de desarrollar y
fortalecer su proyecto histórico y su estrategia unitaria.
La
revolución cultural indoafrolatinoamericana de '92
El
1992 representa un viraje en la historia de Nuestra América.
Es el momento en el cual estalló con mucha claridad la
contradicción entre el punto de vista de los conquistadores
de ayer y de hoy y el punto de vista de las víctimas.
Las potencias del Norte pretendían celebrar el llamado
"descubrimiento de América" y con él
los 500 años de "civilización occidental"
. La movilización indígena negra y popular se
rebeló a este proyecto, clamando con indignación:
¡No tenemos nada que celebrar!¿ Cómo podríamos
celebrar el centenario de nuestro genocidio? Emergía
con claridad en esta reacción el punto de vista de los
indígenas conscientizados y rebeldes, que cuestionaban
el proyecto de celebración, pero cuestionaban al mismo
tiempo radicalmente los 500 años de dominación
que habían marcado la civilización occidental;
cuestionaban sobre todo el proyecto de las grandes potencias
occidentales de prolongar por 500 años más esta
civilización. Estalló entonces por todo el continente
el clamor que los sigue sacudiendo: ¡ya basta! ¡ya
basta!
En ese contexto, la resistencia indígena negra y popular
, que fue signo de contradicción en la sociedad, lo fue
también en las iglesias. Por un lado, la iglesia católica
institucional preparó con un solemne novenario de 9 años,
la llamada "primera evangelización" o "evangelización
fundante" del continente. Por el otro lado sectores cristianos,
evangélicos y católicos, muchos de ellos inspirados
por la teología de la liberación, se identificaron,
nos identificamos con la resistencia indígena negra y
popular, cuestionando una supuesta evangelización .que
no fue un anuncio de liberación sino un llamado al sometimiento
y la resignación; cuestionando entonces el modelo de
cristianismo aliado de los conquistadores de ayer y de hoy;
proclamando la exigencia de rescatar el cristianismo subversivo
y antimperialista de los orígenes.
La identificación de sectores cristianos, evangélicos
y católicos, con la resistencia indígena, negra
y popular suscitó el movimiento "asamblea del pueblo
de Dios", llamado "macroecuménico", porque
promueve un ecumenismo popular que rebasa las fronteras de las
iglesias cristianas e involucra a todas las religiones liberadoras,
particularmente a las indígenas y las afroamericanas.
En el '92 estalla la revolución cultural indoafrolatinoamericana:
una revolución cultural más importante, a mi juicio,
que la de '68 o de '89. Una revolución cultural que es
el germen y el anuncio de una revolución política
continental. Ella representa ,me parece, uno de los dos acontecimientos
que marcan el fin del milenio: por un lado, el derrumbe del
comunismo europeo y la instauración del nuevo orden mundial
unipolar ; por el otro, la insurgencia indígena, negra
y popular, con todos los desarrollos extraordinarios que tuvo
en la década de los '90, movilizaciones indígenas,
campesinas, negras, femeninas, juveniles, ecologistas, etc.
Entre ellas, tiene particular importancia el levantamiento indígena
zapatista. Quiero recordar a este propósito que la insurrección
armada de los zapatistas fue decidida por una consulta de las
comunidades indígenas zapatistas, que se realizó
a lo largo de 1992; 1993 fue el año de preparación
inmediata; el primero de enero de 1994, el día del levantamiento.
Se trata de dos acontecimientos de signo opuesto, que marcan
por un lado el triunfo del capitalismo y el anuncio del fin
de la historia; por el otro, la explosión de la rebeldía
indígena, negra y popular, con el anuncio que una nueva
historia estaba comenzando.
La
revolución cultural de '92,fuente de inspiración
para nuestra resistencia
Pienso
que este viraje histórico tiene que ser una fuente de
inspiración para la elaboración de un proyecto
alternativo de civilización y de nuestra estrategia para
construirlo. Esencialmente por dos razones. 1°- El '92 representa,
frente a la arrogancia de las grandes potencias occidentales,
a su interpretación de la historia , a sus proyectos
racistas de futuro, la emergencia de un punto de vista an tagónico
y alternativo el nuestro, el de los oprimidos y las oprimidas
conscientizados y rebeldes. Antagónico y alternativo
al punto de vista de las grandes potencias del Norte, pero también
al punto de vista de los poderosos del Sur que se han sometido
y han sometido a sus pueblos a los decretos del imperio; alternativo
y antagonista también , para ser más claros, al
punto de vista de Fernando Henrique Cardoso.
2°- En segundo lugar, el '92 representa, en la historia
de los 500 años de resistencia, el momento más
alto de unidad. Los 500 años de resistencia habían
sido también 500 años de derrotas de los indígenas,
los negros y los sectores populares. Porque, entre otras razones,
se había tratado de rebeliones aisladas y fragmentadas.
Ahora la movilización de '92 implica una intuición
de extraordinaria importancia y actualidad: entre tantos pueblos
indígenas, entre indígenas y negros, entre indígenas,
negros y sectores populares de todo el continente, existe y
puede existir cada vez más una unidad fundamental.
Después de '92, me dediqué a analizar todos los
documentos continentales elaborados por la campaña 500
años , para darle a esa intuición un contenido
más preciso, por su importancia actual en la difícil
construcción de la unidad popular. Quería verificar
sikse trataba sólo de una unidad negativa, en la protesta
y el rechazo de la opresión o de una unidad positiva,
de reivindicaciones, de aspiraciones , de proyectos. Las conclusiones
de esta investigación están en un libro que me
permito señalar: Los excluidos ¿construirán
la nueva historia? El movimiento indígena, negro y popular(publicado
en España por la Editorial Nueva Utopía de Madrid
,en Ecuador por el Centro afroecuatoriano de Quito, y en Brasil
, por la Editora Ática de Sao Paulo).
Eje
de la unidad: el derecho de autodeterminación solidaria
de los pueblos oprimidos
La
conclusión principal a la cual llegué, es que
entre indígenas negros y sectores populares del continente
se estaba manifestando una unidad positiva, profunda y fecunda.¿
Cuál es su contenido? El eje de la unidad , la opción
generadora del movimiento indígena negro y popular, es
la afirmación beligerante del derecho de autodeterminación
solidaria de los pueblos oprimidos. Esta opción es al
mismo tiempo una declaración de confianza en la capacidad
intelectual, moral y política de los oprimidos y las
oprimidas de ejercer ese derecho. Es también una opción
intelectual que afirma la validez cultural y científica
del punto de vista de los oprimidos y las oprimidas conscientizados,
en contraposición al punto de vista de los grupos dominantes,
particularmente de la burguesía transnacional.
El eje de la unidad era entonces un derecho que había
sido violado sistemáticamente a lo largo de los 500 años
por la civilización occidental; un derecho que seguía
siendo violado sistemáticamente por el capitalismo neoliberal,
en el nombre de la autodeterminación de los mercados.
Derecho de autodeterminación significa derecho de todas
las personas y todos los pueblos a la autonomía y la
diversidad; derecho a la identidad , a la vida, a la dignidad.
Hablamos de autodeterminación solidaria para significar
que el movimiento indígena negro y popular, al afirmar
el derecho de autodeterminación, quiere reconocer este
derecho a todos los pueblos y no sólo a los más
poderosos; que al afirmar este derecho , anuncia el proyecto
de sociedad y de mundo que , ejerciendo su autonomía,
quiere construir. El derecho de autodeterminación solidaria
se contrapone así al derecho de autodeterminación
imperial, interpretada como derecho de conquista y dominación.
Ese derecho se convierte en el criterio con el cual la resistencia
indígena, negra y popular juzga esos 500 años
de civilización occidental cristiana y pronuncia contra
ellos su condena. Este mismo criterio impone una condena radical
del capitalismo y de su ideología. El derecho de autodeterminación
solidaria se convierte además en el eje de una civilización
alternativa, caracterizada justamente por el protagonismo del
pueblo y de .los pueblos.; y por la solidaridad de su proyecto
económico e político.
La resistencia indígena, negra y popular no pronuncia
nunca en sus documentos la palabra "socialismo": no
quiere ser cooptada por ninguna ideología y por ningún
partido. Pero ella define la sociedad alternativa como un proyecto
solidario protagonizado por el pueblo: y ¿qué
es, en último término el socialismo, si no un
proyecto consecuente de autodeterminación solidaria del
pueblo?
Autodeterminación
solidaria: indicaciones estratégicas
La
afirmación del derecho de autodeterminación solidaria
dicta , según la resistencia indígena , negra
y popular, las orientaciones fundamentales de la estrategia
por la construcción de la alternativa. Otra intuición
importante del movimiento es justamente la necesaria coherencia
entre el proyecto de sociedad y la estrategia para realizarlo.
La primera orientación se expresa en la consigna "unidad
en la diversidad", que caracterizó la movilización.
Porque el derecho de autodeterminación representa la
reivindicación unitaria de todos los sectores; pero representa
al mismo tiempo el reconocimiento del derecho de cada sector
a la identidad y la diversidad . La estrategia así fundamentada
surge de la convergencia fundamental entre un conjunto de luchas
específicas, por ejemplo campesinas, indígenas,
negras, femeninas, etc. y la lucha común por una alternativa
de civilización. Cada sector de la sociedad va descubriendo
que la respuesta plena a sus reivindicaciones específicas
no será fruto de una lucha corporativa sino de una lucha
revolucionaria.
La misma dinámica de la unidad en la diversidad tiende
necesariamente a trasladarse del nivel nacional al nivel continental:
en la medida en que cada país descubre que su lucha por
la soberanía o por el no pago de la deuda externa será
eficaz sólo en el marco de una lucha continental, por
la liberación del continente de la dominación
capitalista y norteamericana; lucha por la patria grande indoafrolatinoamericana,
que será grande sólo si será libre.
Además, me parece significativo que en todos los documentos
continentales de la resistencia indígena, negra y popular
se encuentra una declaración de solidaridad con la revolución
cubana. Si bien es cierto que en cuba no hay una movilización
indígena ( los pueblos originarios fueron exterminados
por los civilizadores), la revolución cubana es para
el movimiento continental indígena negra y popular una
referencia fundamental, por su defensa heroica de la soberanía
nacional y su resistencia a la agresión norteamericana
y capitalista.
Otra indicación estratégica brindada por la autodeterminación
solidaria es la valoración del papel fundamental del
nivel local: es decir del poder popular local y del desarrollo
local alterrnativo, que los indígenas y los campesinos
están indicando como lugar fundamental para el aprendizaje
popular de la autonomía, del poder alternativo y del
desarrollo sostenible. El carácter alternativo del poder
local y del desarrollo local implica su incesante tensión
utópica hacia la transformación global del sistema,
es decir hacia una civilización marcada por el protagonismo
del pueblo y de los pueblos.
El mismo derecho de autodeterminación solidaria está
en el centro de los principales frentes de lucha para la construcción
de la alternativa: el frente política y jurídico,
el frente económico y ecológico el frente cultural,
educativo y religioso. Quiero subrayar particularmente la importancia
que asume hoy el reconocimiento del derecho de autodeterminación
para la movilización de los cristianos revolucionarios
y los nuevos horizontes que le abre a la teología de
la liberación ; conlleva pues nuestro compromiso en el
rescate de las religiones originarias y afroamericanas y en
la promoción de una unidad respetuosa de la diversidad
entre todas las religiones liberadoras, que es la esencia del
llamado "macroecumenismo". A partir del reconocimiento
del derecho de autodeterminación religiosa de todas las
personas y los pueblos, queremos luchar para que las religiones
dejen de ser factores de división y de guerras, factores
de sometimiento y de resignación , para convertirse en
factores de unidad militante y liberadora.
Fundamento de nuestra esperanza
Quiero,
para concluir, subrayar un aspecto paradógico pero fundamental
de la movilización indígena, negra y popular:
que es su confianza en el futuro, su confianza en el triunfo
final de los oprimidos. Hablo de una actitud paradógica,
porque parece sin fundamento; fruto de un optimismo de la voluntad,
desautorizado por el pesimismo de la razón. Porque la
correlación de fuerzas políticas, económicas,
militares, culturales, religiosas entre los grupos dominantes,
particularmente el bloque imperial del Norte y la movilización
popular es evidentemente desfavorable y aplastante para esta.
¿En qué se funda entonces la confianza que , a
pesar de esta conciencia, el movimiento popular manifiesta en
sí mismo y en su futuro? ¿En qué se funda
nuestra esperanza? Se funda, me parece, en la fuerza de la verdad,
el derecho, la libertad, la solidaridad, la cultura, la fe religiosa
y en la convicción de que esta fuerza acabará
con prevalecer sobre el derecho de la fuerza, del dinero y de
las armas.
Ahora, la fuerza del derecho y la solidaridad es en último
término la fuerza del pueblo oprimido conscientizado
, organizado y unido. Este es el fundamento de nuestro optimismo
histórico, que es al mismo tiempo una esperanza y un
compromiso para construirla.
Entonces, el aporte principal del movimiento indígena,
negro y popular en el corazón de la crisis actual de
civilización, es justamente la convicción de que
el mundo se puede transformar, de que no hemos llegado al fin
de la historia sino de una época; de que una nueva historia
protagonizada por los excluidos de ayer y de hoy es posible
y está empezando. Creo que este es también el
mensaje que le está lanzando al continente y al mundo
nuestro encuentro.
Concluyo sometiendo a la asamblea la propuesta que formulé
anteriormente: que el segundo encuentro americano por la humanidad
y contra el neoliberalismo asuma expresamente la herencia de
los 500 años de resistencia indígena negra y popular;
que asuma entonces la responsabilidad de rescatar y fortalecer
el movimiento continental indígena negro y popular, su
proyecto histórico y su estrategia unitaria . Será
este un gran aporte de nuestro encuentro a la construcción
de la nueva historia.
NUESTRA
RESISTENCIA AL CAPITALISMO NEOLIBERAL PROLONGACIÓN DE
LOS 500 AÑOS DE RESISTENCIA INDIGENA NEGRA Y POPULAR
La revolución cultural indoafrolatinoamericana de '92
La revolución cultural de '92,fuente de inspiración
para nuestra resistencia
Eje de la unidad: el derecho de autodeterminación solidaria
de los pueblos oprimidos
Autodeterminación solidaria: indicaciones estratégicas
Fundamento de nuestra esperanza